viernes, 10 de febrero de 2012

Domingo de Verano

Los rayos del sol empezaban a asomarse en mi ventana, justo en dirección a mis ojos y pude percibir que tendría un domingo expectacular como para realizar un paseito a la Garita de Alajuela, deleitarme de los bellos viveros y del paisaje veraniego.

Eran las 8:00am, el amor de mi vida llamó para despertarme con su dulce voz y proponerme un paseo para disfrutar de un hermoso domingo de verano, me levanté para tomarme un cafecito con un delicioso gallo pinto con huevo picado, ideal para desayunar un fin de semana.

Me dispuse a realizar los preparativos para irnos de paseo, porque él llegaría por mi a eso de las 10:00am, todo estaba transcurriendo tal y como lo habíamos planeado vía telefónica, las 9:00am daban ya las campanas de la Iglesia que se encuentra a escasos 100 mts de mi casa, la hora indicaba que ya casi pasaban por mi.

A las 10:05am llegó mi amor a recogerme para irnos de paseo, un dulce beso fue el recibimiento que me dió y un abrazo lo que yo le brindé, todo indicaba que ibamos a pasar un domingo muy ameno.

Ibamos charlando acerca del hermoso día que nos habíamos propuesto iniciar y que estabamos felices de compartirlo juntos, día a día nos sorprendíamos de la relación tan bonita que empezabamos a construir y que realmente la estabamos viviendo con calidad.

Llegamos a uno de los tantos viveros que observamos en el camino, era el Vivero La Central, ubicado en la Garita de Alajuela, variedad de plantas se asomaban brindandonos la bienvenida y una multitud de chinas de colores nos estaban esperando en la entrada de este bello vivero.

Como mi novio sabe que una de mis pasiones son las plantas y flores nos dedicamos por completo a contemplar las hermosas variedades de flores que nos ofrecía aquel hermoso luegar lleno de vegetación y que para mi era como una relajación espiritual.

Una hora nos llevo observar todas las plantas y flores que el lugar nos ofrecía y por supuesto me dispuse a comprar unas rosas rojas para sembrar en mi patio, un ramillete de calas blancas para colocar en mi sala y unas plantitas de menta para decorar mi cocina.

El hambre se asomaba y los olores a comidita rica era inevitable para nuestro olfato, entonces nos fuimos en busca de un lugar de comida típica justo en la intersección por Manolos, el lugar desplegaba un delicioso aroma a leña, la música de marimba nos daba la bienvenida y un deliciosa horchata nos recibió.

Un delicioso casado típico nos esperaba, arrocito, frijolitos molidos, carnita mechada, ensaladita rusa y un platanito maduro bañado en miel fue la culminación de un almuerzo espectacular.

La tarde inspiraba a contemplar el atardecer junto a una tacita de café y así fue en la casa de mi novio terminamos observando como el sol nos decia adios junto con un domingo de verano lleno de bendiciones.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario